Hello! ¿Cómo va el verano? A mi me está tocando meter más horas en el trabajo, así que casi ni me he enterado de que ha llegado... Pero la semana pasada fui a la playa un día, que ya es más de lo que fui el verano pasado (viviendo a 10 minutos tiene delito, lo reconozco...)
No sé si hace buen tiempo o malo, pero calor sí que hace, así que todos los bártulos reposteros como que los he escondido en el fondo del armario. Pero antes de eso, realicé la última tarta de la temporada: una de súper héroe. El destinatario era el hijo pequeño de mi compi, el mismo que digo que va a ser famoso aunque todavía no sé en qué.
Para este año el tema era The Flash (no confundir con el Flash Gordon de los 80, muy oxigenado él...) En el apartado de súper héroes, soy una garrula casi total y además me dan lo mismo (aunque un día tuve una conversación bastante absurda con un compañero de curro en la que él decía que el mejor era Batman por sus 'juguetes', y yo que Spiderman, básicamente porque podías callar a la gente lanzándoles una telaraña al morro...)
Bueno, pues como no controlaba nada el asunto (la madre de la criatura tampoco, hay que decirlo), al final nos pareció que lo más correcto era tirar por lo sencillo: escudo de Flash y listo. Evidentemente no fue así como terminó la tarta, pero esto ya os lo cuento un poco más adelante...
Siempre os digo que el bizcocho hay que hornearlo 1 día antes, por eso de que tiene que estar a temperatura ambiente para decorarlo. El fin de semana anterior al cumple de la fiera era justo el que me iba a los madriles a tocar las narices a Juls (barriga más bien) y esposo, así que tuve que hacer el bizcocho unos días antes. Si os ocurre lo mismo, sabed que no hay ningún problema en congelarlos: si una vez frío lo tapais bien con el film trasparente para evitar que entre humedad, os quedarán genial; solo hay que recordar pasarlo del congelador al frigo la noche anterior, y de este a la encimera a la mañana.
Como de costumbre, lo primero que haremos es igualar los bizcochos. Ocurre a veces que lo que nuestros ojos ven recto no lo está en realidad, así que cuando los hayais colocado unos encima de otros y os parezca que está bien, introducid unos palillos a modo de guía para poder montarlos así de bien luego otra vez (si no lo haceis, os confundís en el remontaje y el asunto termina pareciendo una montaña rusa, yo no quiero saber nada).
Primero los igualé en altura, y luego les hice un 'peeling' alrededor para dejarlos bien lisitos.
Bueno pues, terminado esto, limpiamos la zona y desmontamos el invento. Cogemos las dos capas interiores, y con un cortador les hacemos un agujero en el centro para... esto os lo cuento luego...
Es el momento de comenzar con el pringue de mermelada; de fresa en honor a nuestro amigo súper héroe. Colocamos el primer bizcocho sobre la base y le untamos la mermelada alrededor, dejando la parte donde quedará el agujero limpia. Colocamos encima la primera capa con agujero y pringamos, ponemos la segunda y pringamos otra vez, y ahora...
...cogemos las chuches que nos de la gana y las metemos dentro (regaliz, fresas, ladrillos... ¡y mini Oreos!) Ahora sí, colocamos encima la última capa de bizcocho (si sois tan brut@s como yo, meteréis tantas porquerías que al poner la tapa se os levatará y no encajará; la quitáis, vaciáis un poco ¡y a tapar otra vez!)
Cubrimos con la misma mermelada toda la tarta, procurando que no queden pegotes, y la reservamos...
...porque nos toca ponermos con el Sr Fondant.
Compré uno rojo oscuro, Ruby Red, por eso de diferenciar al Flash viejo del nuevo, que lleva un traje más tirando a granate; cuando lo tuve en la mano sin embargo, no me convenció del todo (es lo que pasa con los colores y las pantallas de ordenador...) Pero bueno, como no había más, a amasar que me puse. Cuando ya lo tengamos estirado como para abarcar la tarta completamente, lo levantamos y cubrimos. Y fijándolo estaba con mis lindos deditos cuando me di cuenta de que el muy puñetero ¡se estaba agrietando! ¡Noooooo! (lo pongo en versión para todos los públicos) Esto, y que en mi cocina empezaba a hacer calor, hizo que mi paciencia amenazará con abandonar... Pero pude contenerla y dejar la tarta medianamente presentable (un amigo de mis padres comentó un día que el fondant rojo es el más dificil de trabajar, no sé si es cierto o no, pero yo siempre he tenido problemas con él)
Como no me gustó cómo quedó la parte de abajo, cogí un trozo del fondant sobrante, lo amasé, estiré y corté despues una tira para colocar alrededor; un poquito de agua y ya estaba pegada.
Es el turno de ponerse con el escudo. Lo dibujé previamente con el ordenador para adaptarlo sin problema al tamaño de mi tarta. Además del patrón para el logo, necesitaremos también fondant amarillo, rojo y un rotulador con pintura comestible dorada súper guays.
Y antes de empezar os digo que esta parte en sí complicada no es, pero sí un poco laboriosa (y con calor un tanto desquiciante); ale, ¡al lio!
Empezamos con el fondant amarillo donde recortamos el contorno del escudo y el interior después; no olvidéis cortar también el rayo. Cogemos el rojo e igual que con el otro, recortamos otra vez el contorno. Teniendo en cuenta que es este el que nos hace de base, ponemos encima el amarillo, controlando que los bordes coincidan, y justo después colocamos el rayo sobre el otro; y con esto ya tenemos la primera parte terminada.
Cogemos el rotu y tras hacer una prueba en un trocito de fondant...
...pintamos tranquilamente las zonas amarillas del logo. Aparentemente esta era la parte más fácil del trabajo, pero según iba abanzando me di cuenta de que estaba quedando como una verdadera ¡kaka! Las pinceladas se notaban, el oro era demasiado oscuro... (culpa mía, cogí ese color pensando que quedaría mejor, pero ni de coña; se ve que mi radar cromático estaba de fiesta el día que hice el pedido)
Así que sin ningun pesar, hice una bola con la joya, ¡y a la basura que se fue!
Y vuelta a empezar para hacer un segundo escudo (mismos pasos del anterior, menos lo del rotu), que colocado dejando el fondant amarillo tal cual, quedó muuuucho mejor.
Así estaba bocetada la tarta en un principio, pero me pareció que estaba correcta pero demasiado sosa, por lo que...
...eché mano de la cara del héroe que había dibujado por si acaso, y lo recorté en fondant de diferente colores: un trocito de carne, otro poco de blanco, algo en amarillo... Que después de pegar cada parte en su sitio...
...quedó tal que así (bueno, que le puse también la edad y el nombre de la fiera, pero de eso no hay foto, ¡se siente!)
Después de las complicaciones, creo que la tarta quedó muy bien, aún así, no me quedé del todo satisfecha con el resultado... Pero al enano (hace tiempo que no lo veo, pero probablemente sea ya más alto que yo) sí que le gustó su tarta, sobre todo las mini Oreo que se quedó ¡toditas todas!
Del interior una vez cortada tenía foto, pero no sé qué he hecho con ella, así que os toca echarle imaginación.
Por cierto, tengo que decir que a pesar del miedo que me daba, el fondant granate aguantó en su sitio como un jabato; si se llegan a abrir las grietas y se desmorona ¡me da algo!
Por si no recordáis la tarta que le hice al homenajeado el año pasado, es esta (si pincháis aquí iréis al post)
Y esta la que le hice el año anterior; que como todavía no tenía blog, pues no habíais visto...
Por si no recordáis la tarta que le hice al homenajeado el año pasado, es esta (si pincháis aquí iréis al post)
Y esta la que le hice el año anterior; que como todavía no tenía blog, pues no habíais visto...
¿Cual es la que más os gusta?
Mejor o peor, lo que tengo claro es que cada año gano experiencia... y recursos, porque, ¡las cosas que me tengo que inventar a veces!
Y después de esto, solo queda decir que seáis buenos, porque The Flash os vigila (a parte de correr como si no hubiera un mañana, no sé qué más hace este buen chaval... Juls, además de los X-Men, ¿entiendes de algún otro súper héroe???? [esto te pasa por partirte de risa con el dibu del Ofuro, pero no comertar nada en el blog!])