HAPPY BIRTHDAY II

Gracias Nuditos por estar ahí,

sin vosotros no sería más que una rubia tarada hablando sola de sus tonterías...

(que tampoco tengo muy claro que no lo sea, lo de tarada digo...)

¡Vamos a por el tercero!

SWEET LAB: TARTA TREN

  Buenas Nuditos, ¡he vueeeeltoooo! Con estornudos, picor de ojos y demás parafernalia obsequio de la alergia, que antes no tenía, pero que esta primavera ¡me está machacando! Y es que en mi familia somos mucho de esto, lo de desarrollar alergia ya de mayor digo... 😬

  Por cierto, que si estos días habéis tenido problemas para entrar en el blog, que sepáis que a mi también me ha pasado, que debe ser que a blogger también le afecta la primavera, no sé (o igual ha sido el famoso virus mundial... 👻); lo que importa es que parece que ya funciona, por lo que... ¡Puedo hablaros por fin de esta tarta!

  La hice hace ya algunos meses para celebrar el cumple del Bicho. Mi pequeño monstruo es un fanático de los trenes y de las motos (de las primeras palabras que le oí decir fue 'moto gorria', o sea, moto roja, la mía, que allá donde estuviera aparcada la tenía perfectamente controlada...), así que la tarta iba a ser de una cosa o la otra (no descarto hacerla de ambas cosas el año que viene, visto el resultado...) Tras hacer unos cuantos bocetos, me decidí por los trenes.

  Una vez más usé el molde de la muñeca fea de Wilton (el juego que me está dando el jodío...) Recorté el bizcocho,  lo rellené con crema de la tía Betty (sí, también la uso mucho...) y la monté para...

  ...escarbar un túnel a continuación. Lo hice con un cortador circular, poco a poco, quitando el bizcocho del fondo ya con la cuchara, ¡que tampoco era plan de quedarse sin tarta! Que no se ve por ahí, pero la medida la calculé con el tren que iba a colocar al final.

  Cubrimos el túnel con fondant negro para que quede bonito el asunto, recortando lo sobrante al ras, sobre todo en la entrada. Y ahora ya envolvemos la tarta con más chocolate.

  Vamos a cubrirla: amasamos y estiramos el fondant azul que simulará el cielo, y lo colocamos sobre la tarta. Lo pegamos bien con las palmas de las manos y recortamos lo que sobra, también al ras en la boca del túnel. Y sí, si os fijáis bien, el bajo está como que un poco chapucero. La cosa es que no calculé del todo bien la colocación del fondant, por eso me quedé un poco corta en algunos sitios; pero como esta parte iba a ir cubierta por otros adornos, pues tampoco fue un drama...

  Preparamos fondant verde, recortamos una montaña y la colocamos sobre el túnel. Lo suyo es hacer la entrada un poco a ojo, y luego cuando esté colocada, pues lo recortamos dejando la abertura real.

  Se hace alguna montaña más, y la colocamos.

  Y más montañas que hacemos, esta vez con otro tono de verde, para que quede más guays.

  Cogemos un tercer fondant verde y hacemos esta vez una especie de arbustos (lo sé, parecen nubes) y los colocamos en la base como más os gusten (y si tenéis una guarrería como la mía, también es un buen momento para limpiar el azúcar glas sobrante... 🙀)

  Nos centramos en la entrada del túnel, que tendrá un efecto como de piedra. Mezclamos para ello fondant negro y blanco, dándole un efecto marmolado. Se trata ahora de recortar rectángulos y pegarlos, dejando una parte vista y la otra en el interior. Colocados los grandes, recortamos unos triángulos, que serán las piedra intermedias; la razón por la que las hacemos así es para que encajen entre las grandes.

  No hay tren que funciones sin una vía, así que vamos a ponernos a ello: echamos mano del fondant negro otra vez, lo estiramos y recortamos primero dos tiras largas que simularán los raíles, y unos rectángulos que serán los travesaños después. 

  Los colocamos ahora en la base de la tarta, empezando por los raíles, que quedarán parcialmente ocultos, y los travesaños después (¿cómooooo? ¡están al revés! Lo sé, pero era más sencillo de esta forma 😝; pero que si queréis hacerlos técnicamente exacto, ¡es todo vuestro!) Por cierto, que lo suyo sería que el ancho de la vía fuera la del tren que vamos a colocar, para que encaje, digo...

  Y seguimos con la deco de la tarta: hacemos con fondant blanco unas nubes (misma técnica que la de los arbustos, ¡bieeeeen!) que colocaremos en la parte superior. Recortamos el nombre de la criatura, y lo situamos entre las nubes (donde me pierdo yo bastante a menudo...)

  Un poco de nieve en la cumbre, unas florecillas de azucar colocadas aquí y allá...

  ¡Y ya tenemos una Tarta Tren estupenda!

  Con un poco de mimo como veis, queda preciosa toda ella.

  Yo tiendo a dejar las tartas con una imagen más bien sencilla, pero que si os parece que necesita más decoración, seguro que os queda muy bonita.

  Como ya os he comentado alguna vez, me gusta que alguno de los componentes de la tarta sea real, sobre todo cuando los homenajeados son pequeños, para que luego puedan quedarse con ellos: en este caso, incluí este tren (que es de unos dibus que por supuesto el canijo conocía...) Luego mi madre le regaló un pack con muuuucho más trenes amigos del mío, poco sabíamos lo que ocurriría después:

  Cantamos, soplamos las velas, cortamos la tarta, y cuando me descuido...

  ...descubro que el Bicho le ha encontrado una nueva utilidad: 'agujero en el fondant que me molesta, y ya puedo pasar el tren por el túnel'; el que venía en la tarta, ¡y toooodos los demás! ¡'Y que el coche que también me han regalado no entra, ¡pues lo paso por encima!' ¡La guarrería que montó el enano!

  Todo feliz lo dejé, lo que no sé es qué pasó al día siguiente, cuando su 'juguete' fue desayunado...

  Buenos Nuditos, os dejo hasta mañana, sí, sí, mañana, ya veréis por qué...
  Que tengáis buena tarde, ¡y mejor noche! Y mañana a madrugar ¡que hay que ir a trabajar! 😘