Buenas Nuditos, ¿qué tal se ha dado el fin de semana? Yo prácticamente no he parado por casa, de modo que así ando hoy, que casi voy arrastrándome por la vida... Y es que, ¡hasta a la playa he ido! Justo en el momento que se nublaba, lo que no evitó que haya cogido ya mi típico color cangrejito (si el otro día casi di ya por bienvenido el verano cuando una niña me habló en ingles, con esto ya lo remato... 🙈)
Como comenzar la semana es muy duro, he pensado que lo mejor para hoy era un post dulce (como si tuviera alguno de otro tipo... No sé que ha pasado, pero me he juntado con un montón dulces... Tengo que meterles caña a ese par de proyectos que tengo por casa esperando a ser terminados...)
Bueno, pues este que os traigo hoy es un postre super fácil a la par de socorrido para momentos quedabien; es de hecho ideal para hacer con niños, para torpes reposteros e incluso vagos redomados... ¿No os parece zuper ideal? (que ya os he dicho que ayer me dio demasiado sol...) No es una invención mía, la tenía guardada en Pinterest desde hace ni se sabe, y aprovechando que íbamos a hacer comida familiar (y pensando que cada vez que viene la parte bilbaína suele hacer un calor bestial) pues por fin me decidí a hacerla.
Necesitaremos solo un par de planchas (se llaman así, creo...) de hojaldre y un tarro de crema de cacao/avellanas, la que más os guste...
Estiramos una de las masas de hojaldre y con la ayuda de un plato, recortamos un círculo (cuchillo afilado, please!) El tamaño, pues dependerá del ancho que tenga la plancha; la mía no tenía mucho, así que me sobró bastante... pero ya veréis luego que lo aproveché muy bien.
Ponemos un papel de horno en la placa, y colocamos encima el círculo que hemos cortado antes. Lo untamos bien de chocolate, todo salvo los bordes, y cuando ya lo tengamos...
...repetimos operación para recortar un segundo círculo.
Lo colocamos ahora sobre el primero, procurando que encajen perfectamente.
Cogemos un vaso, lo situamos en el centro y presionamos un poco, lo justo para que se marque ese pequeño círculo que nos hará de guía después.
Empezamos a hacer los cortes con ese maravilloso cuchillo súper afilado que hemos usado antes: lo hacemos primero en cuartos...
...y luego estos en mitades, y en mitades otra vez. Total, que al final nos quedarán 16 pétalos (que no lo he dicho, pero que aunque la llamen estrella, para mí es más un flor...)
Lo que toca ahora es sencillo: tenemos que retorcer cada pétalo un par de veces, pero teniendo en cuenta que si el primero lo hacemos en un sentido, el siguiente lo haremos en el contrario, de forma que nos queden contrapuestos.
Bueno, pues ya tenemos la estrella lista...
Es el momento de jugar con las sobras, porque tirarlas no es una opción. Lo primero que se me ocurrió fue hacer una trenza, siguiendo los pasos que veis en las imágenes, y que quedó regular tirando a espantosa.
Visto el resultado, con el otro trozo me fui a lo básico: lo pringo bien de choco, lo enrollo, lo parto en trocitos y a la bandeja (y a ver qué pasa cuando estén horneados... 💃)
Con todos los elementos en la placa, lo que hacemos es pringarlos bien con leche (o con huevo, lo que prefiráis...)
Y ahora sí, ¡al horno!
El tiempo dependerá un poco del horno, del hojaldre... Partiendo de la base de que el horno de mi casa es una kaka (y de que tiene que tener tantos años como el edificio), calculé unos 20 minutos (aunque estaba pendiente, por si acaso...) La segunda vez que hice esta flor (que fue media en realidad porque era para menos gente), había cambiado de hojaldre y con 15 minutos fue suficiente (de hecho, salió más morena incluso) Así que ya sabéis, al menos las primeras veces hay que estar un poco al loro del asunto.
Pero que merecerá la pena, porque os quedarán cosas tan ricas como estas que veis arriba. La estrella esta estupenda pero, ¿qué me decís de las caracolas? ¡Oh, qué buena pintaca que tenían! (de la pseudo trenza no hablo... 😒)
Y con esto me fui a comer, donde lo junté con mogollón de comida y más postres, que madre mía, no somos exagerados ni nada...
Pero a pesar de todo, unos cuantos bocados ya le dimos, y os digo de verdad que estaba ¡buenisísima! (y ojo, las sobras que quedaron para el día siguiente ¡también! Ñam, ñam) Por cierto, que yo no eché nada por encima porque quería ver cómo quedaba tal cual, pero que se le puede añadir azúcar glas o incluso almendra picada o similares...
Estoy segura Nuditos de que os vais a animar hacer una de estas ¡a la de ya!
A mí me queda pendiente hacer una, pero con relleno de mermelada, que me parece que tiene que estar de muerte también... Pero antes de meterme en este nuevo lío, voy a ver si termino alguno de los enredos que tengo por casa...
¡Nos vemos!
