DIY: CHRISTMAS JAR

  Nuditos, es un hecho: la navidad ha llegado. Con sus luces, sus villancicos... ¡y sus compras compulsivas! (Sí, sí, aquí hemos venido a gastar, y el que diga que no, ¡miente!)

  Para nosotros sin duda el pistoletazo de salida lo da el día de Santo Tomás (o sea hoy), cuando sacamos nuestros trajes de caser@s y nos paseamos por la city comiendo txistorra (yo este año lo llevo regular, lo de la txistorra digo, que el finde tuve una mala experiencia...)

  Cada año que pasa, estas fechas me dan más pereza; lo de decorar la casa ni os cuento... Peeeero he hecho de tripas corazón y me he auto obligado a tener un poco de espíritu navideño, pero lo justo para hacer este tarro navideño, eh, no se me vaya a subir a la cabeza y me ponga a cantar villancicos (cómo los odio...😬)

   Ya veréis, es una manualidad relativamente sencilla de hacer y que no os llevará mucho tiempo; y si la hacéis con los peques de la casa, pues más divertido será.
  Para ponernos manos a la obra necesitaremos lo siguiente: un bote de cristal, pintura (la mía es de tipo chalk paint), pinceles, rotu indeleble, luces (si van con petaca de pilas muuucho mejor), spray de nieve y una plantilla con casitas (estas las encontré aquí)

  Lo primero que haremos es preparar la plantilla. Por cierto, que si veis las imágenes borrosas no es que os pase nada, las fotos en sí están bien, aunque las casitas están bastante pixeladas, de ahí que se vea un poco raruno... pero bueno, para lo que las necesitamos es suficiente. Pues eso, recortamos y pegamos, manteniendo la línea de base recta.

  Y ahora la enroscamos y al bote. Si veis que no os encaja del todo, pues doblamos aquí o allá un poco al gusto... de hecho, si os fijáis bien, yo hice desaparecer una casa... ✌😎

  Una vez tengamos la hoja fijada con algunos trozos de celo, cogemos el rotu y empezamos a marcar los contornos de las casas. Debido al grosor del tarro, seguir las líneas se hace un poco complicado (y os puede pasar también que tengáis el día con pulso como para robar panderetas, como en mi caso... 😖), pero tampoco importa mucho, solo nos harán de guía.

  Y en cuanto lo tengamos todo marcado...

  ...pasamos a la pintura. Es la primera vez que uso pintura Chalk Paint (comprada sí que la tenía de hace tiempo, para algún proyecto del que ya no me acuerdo...) y la verdad es que es una gozada, muy sencilla de usar, cubre muy bien y seca rapidísimo. Aun así, pintar el tarro se me resistió un poco al principio, por eso de que al estar pintando cristal como que lo arrastraba sin querer; no pasa nada, pintamos dando toquecitos con el pincel ¡y arreglado! ¿Y que nos quedan algunas zonas sin cubrir?

  Retocamos cuando la pintura esté seca ¡y ya está!

  Cuando tengamos todo el contorno cubierto, pues pintamos la parte baja del tarro y dejamos secar tranquilamente.

  Y fue en este momento cuando decidí probar el spray de nieve, en la tapa, para ver cómo de bien quedaban los copitos en el cristal... ¡Na, un desastre! 😐 Imaginad que apretáis el botón con todo el convencimiento de que de ahí saldrán unos copos chulísimos, ¿lo tenéis? Pues no, lo que sale es un chorro tipo espuma de afeitar. Foto del momento no hay, una lástima, pero ya os digo que el aspecto era ¡una kaka monumental! 

  Y a cambiar de plan, porque el bote así quedaba un poco soso...

  Menos mal que siempre nos queda internet (¿qué leches hacíamos antes, cuando no existía??)

  Bueno, pues resulta que con cola blanca y sal se puede hacer un efecto escarcha suuuuper ideal. Lo único que hay que hacer es pringar bien el interior del bote con una brocha y espolvorear el interior después con sal (preferiblemente gorda). Una vez está bien cubierto, retiramos el exceso y dejamos secar; veréis que según pasa el tiempo el efecto se va aclarando.

  Introducimos las luces, así como un poco revueltas, le ponemos la tapa...

  ¡Y trabajo terminado!
  Que ha quedado un poco soso, ¿no? Dadle al ON...,

  ...¡Oh, sí, muuucho mejor!
  Y si apagáis la luz...

  ¡Qué maravilla!

  En principio las luces iban a ser blancas, pero me confundí y compré las multicolores... 

¡¡Mecacüenlaleche!!

  Pero luego, colocadas en su sitio, el error se convirtió en acierto porque: ¡El efecto ME ENCANTAAAAAAA!

  ¡Toma ya!

  Pues ya está, Nuditos, tenemos el adorno hecho, solo queda colocarlo donde más os guste. El mío, todavía no sé dónde lo voy a poner, puede que se lo de a mi madre, o igual me lo llevo conmigo a las cenas o comidas que correspondan, ya veré...

  Lo que sí he hecho son unas cuantas pruebas de decoración, acompañado de los muñecajos navideños del año pasado (¿los recordáis? El árbol, el pingüino y el muñeco de nieve)

  O con adornos totalmente autóctonos: los baserritarrak y una meta belarra (o sea, caseritos y ¿pajar?)

  Pues ya está, si os dais un poco de prisa, todavía llegáis a tiempo para hacer un adorno navideño tan guays como este. ¿Que no encontráis un tarro de estos?, pues con cualquier bote, de conservas por ejemplo, que tengáis por casa seguro que queda igual de bien. ¿Imagináis lo bonito que quedaría una combinación de varios tarros de diferentes tamaños unos al lado de los otros? Mmm...😏

  Y antes de despedirme, no quiero perder la oportunidad de agradecer a mi Compi Vecina de Mesa y al Primo de Jobs el regalazo que me han hecho esta mañana: después de vacilarme con un paquete dentro de otro, que estaba además envuelto con cinta de embalar, ahí estaba mi super regalo: una bolsa con tierra... ¡para mi cactus!! Ese que tengo en la mesa de la oficina y que tanto uno como otro tienen afición por tirar al suelo. ¡Bieeeeeen, Cactus sobrevivirá hasta el próximo ataque!

  Esto pasa a 21 de diciembre... ¡que tiemblen el 28! Avisados estáis... 😈

  Pues nada, Nuditos, si nos nos vemos antes, disfrutad de estos días, comed mogollón, empachaos con los turrones y que os regalen muchas cosas; deseando estoy entregar mis regalitos... y que llegue reyes con su amigo invisible también, jeje...

  ¡Sed buenos!