¡He vueltoooooooo! Que no es que haya estado de vacaciones hasta ahora (¡ojalá), lo que pasa es que me he despistado un poco; ¿a vosotros también os pasa que parece que el tiempo corre más de lo que debería???
En el último post os hablaba del estresante fin de semana que había tenido... pues esto es lo que estuve haciendo: preparando y jugando a la Búsqueda del Tesoro que organizamos para celebrar el cumpleaños de la Princesa (también hice dos tartas, pero bueno, esto ya para otro día...)
La idea del juego fue de mi prima, pero con la excusa de 'Tú tienes muy buenas ideas y seguro que se te ocurre algo guay', la organización recayó sobre mis hombros; como ya sabéis que a mi no me gusta casi nada enredar, pues a ello que me puse:
Lo primero fue sacar un plano del Parque de Aiete, para ver dónde podían hacerse las pruebas y al mismo tiempo, pensar en qué haríamos en cada una de ellas, ¡porque mis pequeñ@s piratas iban a tener que ganarse las pistas!
Para quien no conozca el parque, en la parte de arriba están el Palacio, el estanque, la casa de cultura... Su parte baja sin embargo es toda verde, con muchos árboles, un par de charcas e incluso una gruta, lo que me vino genial para convertirlo en un bosque mágico, porque al final más que en una búsqueda pirata, el juego iba a consistir en una inmersión en un mundo de fantasía. Pero había que hacer unas cuantas cosas para conseguirlo...
Lo primero un disfraz, para darnos esa sensación de grupo:
Nos hacemos con unos collares de tipo hawaiano, lazos de diferentes colores, unos botones, aguja, hilo y tijeras. Empezamos desmontando los collares y agrupando las flores de dos en dos (cuantas más pongáis más voluminoso quedará, pero más collares necesitaréis también...)
Cogemos el lazo, marcamos el centro y cosemos ahí la primera flor con el botón. Se marca la posición de las otras flores (al gusto del consumidor) y se cosen de la misma manera...
...Y así conseguimos unas monísimas coronas de hadas (o un fajín o collar... para quien no quiera ponérsela en la cabeza)
Terminé haciendo 12 coronas, porque hasta último momento no supe cuantos mokord@s habría en la fiesta, pero que al final ¡solo me sobraron dos! (¡fuegos artificiales!!!!)
Las doblamos y las metemos en unas bolsitas, que nos vendrán muy bien en el juego además...
Lo que hacemos ahora es algo que necesitaremos para una de las pruebas, para atarnos las piernas. Para ello nos hacemos con unas gomas (mejor anchas para que no se nos claven) y unos cascabeles. Se cortan las gomas teniendo en cuenta que tienen que entrar dos muslos de niñ@ (no atarlos nunca por los tobillos ¡que se os matan!!), se mete el cascabel y se hace un nudo en el extremo. Se meten en una bolsa y terminado.
Nos ponemos ahora con las pistas. Estuvimos unos días antes de la fiesta en el parque, para sacar fotos, para calcular el tiempo que tardaríamos de una prueba a otra... y para visualizar el lugar dónde colocaríamos el Tesoro. La Princesa se asomó al Templete y yo aproveché y le saqué una foto, sabiendo que la convertiría en las pistas; no sabía si los canij@s se darían cuenta o no de que el Templete estaba justo al lado de la tercera prueba, pero sabía que la Princesa al verse se acordaría e iría allí directa.
Bueno, pues imprimimos la foto en un papel un poco grueso y lo pegamos a una goma eva (la mía era adhesiva, así que me ahorré la parte del encolado, iupiiiiii!) Terminado esto, le pegamos un forro de libro en la parte delantera, para que quede más mono.
Y pasamos al corte: con una regla y un cúter (sí señor, ¡es el desaparecido!!!), cortamos los márgenes primero y las líneas intermedias después (que no se ve, pero había una cuadrícula ahí) Por cierto que también dibujé un marco rosa alrededor de la foto para que les fuera más fácil identificar cuales eran los márgenes del puzzle. Ser pacientes en esto, porque si se os va el cúter se puede liar una buena (en el trabajo o en manos... lo digo por conocimiento de causa)
Con las pistas cortadas, las agrupé de dos en dos y las metí en saquitos; luego durante el juego algunas se las di en mano, otras las escondí y tuvieron que encontrarlas, ¡jeje!
Por último, el Tesoro: del relleno iban a encargarse mis primas, así que lo único que hice fue vaciar una de las cajas que tengo llenas de lana y comprar unas guirnaldas. Y así las entregué, porque l@s fieras no podían verlo.
Como ya os he comentado antes, el Tesoro estaría bastante cerca de una de las pruebas, así que para evitar que lo vieran, mis cómplices (más conocidos como padres de las criaturas) montaron el asunto una vez nosotros nos alejamos (quedó muy bien, pero no tengo foto, una pena...)
¡Ah, lo olvidaba! Me inventé también unos cuentos para contarles en cada parada y enlazar así una prueba con otra; aunque no os las voy a enseñar, están escritas en euskera y no me apetece traducirlas (además que este post se haría interminable...) ¡Pero que eran muuuuuy bonitas!
Y ahora ya, os explico cómo fue el juego:
Después de merendar (que es mejor que tengan las barrigas llenas...) me los llevé al sitio desde donde partiríamos:
1ª Prueba: Plaza de la Columna Quebrada (algunos nombres me los fui inventado según me convenía)
Aquí repartí las bolsas con las coronas que luego nos pusimos, niñ@s, y mayores también, ¡por supuesto! Lo que se rieron cuando se vieron los unos a los otros... (había una pareja senior sentada en un banco cercano que también rieron a gusto...)
¿Estábamos guap@s sí o sí?!
Luego nos cogimos de las manos y fuimos caminado como si fuéramos una serpiente (haciendo eses digo, no arrastrándonos por el suelo...)
Al final les di el primer saquito con pistas, que unos de ellos guardó el la bolsa de la corona (¿veis como íbamos a usarlas?)
2ª Prueba: Estanque del Cisne (esto sí que existe)
Aquí les conté un cuento de una Princesa convertida en Cisne (un poco en plan el Lago de los Cisnes, pero tampoco demasiado...) Como lo que hacía la Princesa cuando se convertía en humana por las noches era bailar, les enseñé los pasos del vals y así nos fuimos bailando hasta la siguiente parada, donde les di las pistas.
3ª Prueba: La Torre de los Cuentos (se llama así de verdad)
Aquí hablamos de los cuentos, de cómo se había inventado, de por qué se contaban... Luego les dije que cuando se inventaron las letras se escribieron en libros y que ahora todos se guardaban en esa torre para que no se olvidaran. Como no teníamos tiempo de escribir un cuento...
...lo que hicimos fue dibujar el que más nos gustaba, con la mano contraria a la que usamos habitualmente (de esto como que pasaron un poco...)
Y después de un rato trabajando, grite: GALTZAGORRIAK! ¿Los habéis visto?, venga, recoged todas las cosas y vamos tras ellos.
Corriendo seguimos hasta llegar a una zona de setos donde aprovechando que estaban entretenidos enroscando los dibujos y metiéndolos en las bolsas, tiré a la hierba una supuesta carta de los Galtzagorri y el saquito de pistas. Por cierto que para quien no lo sepa, los Galtzagorri son unos duendecillos de la mitología vasca, fieles ayudantes de los humanos en algunas versiones, un poco traviesos en otras.
Así, que los animé a buscarlos (4ª Prueba), y cuando encontraron las pistas y la carta, me quejé de que habían estado hurgado en mi mochila y que parecía que me había robado alguna cosa... pero claro, que seguro que era porque querían jugar con nosotros... Algun@s me creyeron, otr@s no, ¡qué le vamos a hacer!
Leímos la carta, y hicimos lo que nos pedían: ponernos en pareja, atarnos las piernas e ir caminando cuesta abajo. Al ser impares yo no hice la prueba, me escapé y escondí el otro saquito que los Glatzagorri habían cogido prestado. La Pirata y su compi fueron las primera en llegar, y mi primi la que encontró la pista, por lo que se las guardó en la bolsa, ¡qué contenta se puso!
5ª Prueba: El árbol de las cuatro Lamiak
Les conté un cuento sobre cuatro Lamias (otro ser mitológico vasco, ligeramente similar a las sirenas) hermanas que vivían en la charca que había al lado y que tras el robo de sus peines dorados, se habían convertido el un árbol de cuatro troncos. Ellas ya no se podían mover, pero sí oír, y lo que más les gustaban eran las risas de l@s niñ@s. Por eso íbamos a hacer un juego junto a ellas.
¿Os acordáis del juego del huevo y la cuchara? Pues eso es lo que hicimos, pero en versión light, o sea, con cucharas de plástico y pelotas de ping ping (la que podíamos haber liado con los huevos aun estándo cocidos...) Total que después de muchas caidas de pelota y más risas, entregué el saquito y tod@s guardaron los utensilios en sus bolsitas (que se llevaron de recuerdo a casa, claro).
6ª Prueba: Gruta Pirata
Hablamos un poco de los piratas, de si eran todos malos o habría alguno bueno. Lo que quedó claro era que su oficio era robar, pero como no era plan de dedicarnos al choriceo, lo que hicimos fue...
...hinchar unos globos, atárnoslos a la espalda con un trozo de lana en la cintura, y aplastarnos unos contra otros hasta reventarlos. Lo curioso fue que por mucho que apretábamos los puñeteros no se explotaban (eran del chino... ¿?), así que terminé metiéndoles pellizcos y así ¡sí que sí!
Con esto consiguieron las últimas dos pistas (y así todos llevaban algún saquito en su bolsa)
Corrimos al punto de inicio, hicimos el puzzle, reconocieron la Torre de los Cuentos y disparados que salimos todos para allá. ¡Qué locura el descubrimiento del Tesoro! ¡Era una piñata!!!! Y cuando la rompieron, empezaron a volar las chuches; que mis primas no son exageradas ni nada.
Pues eso, los niños nuevamente entretenidos y yo tirada en la hierba recuperándome; así con la tontería habíamos andado mogollón, y encima hacía mucho calor.
La fiesta no terminó aquí, pero sí este post.
Espero Nuditos que os sirva como inspiración si tenéis que hacer una fiesta de cumpleaños, porque os aseguro que las fieras se lo pasan genial. Y el homenajeado se llevará un alegrón cuando le digan que su cumple es el mejor en el que han estado; poco orgullosa que iba la Princesa. Por supuesto, ya estoy 'contratada' para el del año que viene. Maaaadre, ¡en qué líos me meto! Ahora, reconozco que me lo paso de lujo.
¡Nos vemos!