Bienvenidos, Nuditos, a las últimas horas de este delicioso viernes 13; ¡qué día de la mala suerte ni tanta leche, que ya está aquí el fin de semana! (además, recordemos que la mala fama se la ha llevado siempre el martes y 13... )
Si os resulta extraño que habiendo sido mi último post del tipo repostero vuelva hoy a hacer otro, la cosa es que me he juntado con varias tartas y nada de las otras temáticas. No es que me haya dedicado más a la respostería, porque si os pasáis por Instagram veréis que he andado bastante enredada con el ganchillo, jeje... El problema es que lo que no he hecho es sacar fotos; cogía carrerilla y lo del tema imágenes, como que me acordaba cuando ya había terminado... 🙈
Por otro lado, tengo varios proyectos para terminar, solo falta que me siente y los remate de una vez (muchas más cosas me rondan la cabeza, pero ahí van a quedarse hasta que termine estas porque si no...)
Bueno, pues lo que os traigo hoy es la tarta que le hice a mi madre para su cumpleaños que, por fin: ¡me ha salido bien!!! Y es que no se que me ha pasado hasta ahora, que las tartas de la Jefa siempre han sido de las que más feas han quedado, en serio (solo superadas por las que hago para el mío) De hecho, son tartas que nunca he enseñado en el blog porque una tiene su orgullo, pero lo mismo algún día hago una galería de los horrores...
Volviendo a la tarta que en palabras de mi prima Loka1, 'es la más bonita que he hecho hasta ahora' 😍😍😍, ¿qué os parece si nos ponemos manos a la obra?
Lo primero que haremos es cortar el sobrante del bizcocho, que no aparece en las fotos, pero que a estas alturas sabéis ya hacer de sobra... ¿Lo tenéis? Pues rellenamos ahora cada capa, y luego lo envolvemos también porque....
...vamos a cubrirla. La novedad en esta tarta es que usé por primera vez 'Chocodant'. ¿No lo conocéis? Pues resulta que lo presentan como la alternativa al fondant: igual de maleable, resistente, pero ¡con sabor a chocolate! ¡Oh, que bueno! Con el asquete que me da el sabor del fondant además...
Tenía muuuuchas ganas de probarlo, desde que descubrí su existencia de hecho, pero como tenía bastantes reservas de fondant en casa, pues me tuve que esperar... ¡Y con la tarta de mi madre llegó el momento!
Elegí el blanco para la base de la tarta, hubiese preferido un azul pastel o así, pero no había, aunque como veis en la imagen tiene un leve tono avainillado que no me venía del todo mal. Pues nada, corté un trozo y me puse a trabajarlo con el rodillo, claro que antes hice una cata... lo del sabor a chocolate debe ser cosa de alta imaginación rozando la fantasía porque no, es tan empalagosa pasta de azúcar como el fondant. 😳
En cuanto al trabajo con el rodillo, se trabaja igual de bien; se cubre la tarta, se va adaptando a ella... y siguiente problema, algunos (bastantes) frunces de la parte baja se quedaron como encallados. Lo normal con el fondant es levantarlos y seguir adaptándolos a la tarta... ¡pero con este nuevo invento no hubo manera! 😬 Mal empieza mi relación con el Sr. Chocodant...
Bueno, sea como fuere, tenemos la tarta forrada, vamos ahora a decorarla: en un trozo de fondant blanco recortamos la puerta y unos rectángulos que pegaremos a modo de adorno; lo fijamos a la tarta a continuación (sí, y así tapamos las arrugas también... 😬)
Cortamos ahora un par de cuadrados, a los que recortaremos en su interior cuatro cuadrados, ya que estas serán las ventanas de la casa. Recortamos un rectángulo en azul del tamaño del primero y lo pegamos, y cortamos otro más grande otra vez con el fondant blanco, que vaciaremos y que se convertirá en un marco. Pues ya está, podemos pegarlos a la tarta, procurando que estén las dos a la misma altura.
Haremos ahora un 'jardincito': recortamos una tira en un trozo de fondant verde, y le hacemos pequeños cortes en los laterales y en la parte superior para simular hierba, y lo pegamos a la base de la casa (bye, bye, pliegues no invitados)
Me pareció entonces que la puerta estaba bastante sosa, así que tirando de pistola, hacemos dos espaguetis, los enroscamos entre ellos y los colocamos alrededor... ¡oh, sí, mucho mejor!
Ya que estaba con el fondant blanco, busqué la manera de engalanar un poco más la tarta; después de todo, es el hogar de los Sres Banks... No sé si os lo he comentado ya, pero mi amigo invisible fue muy generoso regalándome artilugios reposteros, por lo que me puse a revolver en la caja y... ¡encontré el fabricador de perlas! (era llamarlo así o fabricador de txitxares (gusano en euskera) porque poniéndole color, me recuerda poderosamente a la golosinas con esa forma que había cuando era pequeña... 🐛😟)
Pues eso, hacemos una cenefa elegante, con esta o cualquier otra forma que os guste, y la colocamos en la parte superior de la tarta.
Volvemos al jardín porque vamos a hacer unos árboles, cerezos concretamente ya que la casa está situada en la calle con este nombre. Además del Chocodant blanco, compré también en marrón, y nada más abrirlo: me vi embriagada por el rico olor del chocolate 😋 Y tras la cata debo decir que: este sí sabe a chocolate, con muuucho azúcar, pero chocolate; mira, Sr. Chocodant, ¡que todavía nos hacemos amigos!
Cogemos la pistola otra vez y volvemos a hacer espaguetis, claro que más finos que los de la puerta (el momento txorongo de la primera foto ya la hemos vivido en el blog, ¿os acordáis?? 😈) Bueno, pues los enroscamos y los colocamos sobre la tarta, empezando por el tronco, que será más grueso, y continuando luego con las ramas. Esto va un poco al gusto, así que, no dudéis en probar hasta conseguir la forma deseada.
Ha llegado el momento de colocar a Mary en su sitio, coronando la tarta. La muñeca que veis es de Funko Pop, estos muñecos de coleccionista que a mi personalmente me encantan; por eso Iceman tiene unos cuanto ya, jeje... La muchacha en sí es estable, pero no lo es tanto sobre a tarta, por eso lo mejor es sujetarla con una 'nube' de fondant. Colocamos la pecera (sí, eso es lo que es) y nos ponemos a fabricar nubes como loc@s, porque las vamos a necesitar tanto para sujetar la 'burbuja de cristal', como para adornar la parte superior y trasera de la tarta. Hacer las nubes es sencillo: formamos una bolita con fondant, la aplanamos y con la ayuda de una esteca le vamos dando forma; procurad hacedlas de diferentes tamaños y veréis que queda mucho más bonito.
Vamos a rematar el jardín: volvemos a hacer espaguetis de fondant en diferentes tonos de verde esta vez; mezclamos los colores, los enroscamos y los colocamos sobre la hierba hecha anteriormente.
Y pegamos encima unas cuantas florecitas de colores... ¡Pero qué bonito está quedando esto!
Lo más característico de los cerezos son sus flores, ¿verdad? Pues eso, vamos a recortar unas/muchas pequeñas flores rosas con un cortador (de mi amigo invisible también), que iremos colocando en los árboles.
A la puerta todavía le faltaba algo... ¿qué os parece este pequeño corazoncito rojo?
Venga, Nuditos, que ya estamos en la última parte de la tarta: es el momento de decorar las nubes con estrellas y perlas para darle un aspecto más mágico.
Espolvoreamos un poco de purpurina y...
... ¡Tenemos la tarta!!!
Que quedó preciosa. A la homenajeada le encantó, ¡BIEN!, y a su sobrina-nieta, la Princesa, también; ¡el grito que pegó cuando descubrió a Mary Poppins!
Una cosa curiosa que me pasa con las tartas, es que a la hora de cortarlas nadie se atreve a hacerlo, supongo que es porque da pena después de tanto trabajo (unas 4 horas de decoración llevó esta si no recuerdo mal), así que se agradece ese reconocimiento. Peeero como había que comerla sí o sí, la cortamos entre mi pequeña elementa y yo, menudo tandem madrina-ahijada hacemos (y con mi otro habilidoso ahijado también, que andaba cerca, enredadando... 😂) ¿Y que pasó cuando todo el mundo estuvo servido? Pues que la Princesa se encargó de hacer desaparecer ¡toooodas las perlas y las estrellas! ¡Qué bruja!!
Aquí tenéis la tarta en todo su esplendor, para que os hagáis una mejor idea a la hora de hacer la vuestra porque, vais a hacer una, ¿verdad????
Un pequeño error que cometí fue que olvidé poner en el bizcocho unas pajitas de contención que aguantaran el peso de la pecera. La tarta la comimos tan solo unas horas después de terminarla, pero ya había empezado a hundirse hacia atrás, y es que con tanta nube la susodicha tenía bastante peso; entre eso y el transporte... Así que ya sabéis, Nuditos, importantísimo: recordad poner las pajitas.
Y con esto me despido hasta el próximo post, que no será de repostería, ni dentro de dos meses que, maaadre ¡qué rápido pasa el tiempo!!
Pues eso, ¡sed buenos!!
P.d.: lo del viernes 13 mala suerte, está claro que es una txorrada, pero sí que hay una peli de un tarado con una motosierra, así que si veis/oís algo sospechoso... ¡CORRED!!! 😁
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