¿Hay algo más refrescante en verano que la fruta? Si eres de las mías, de las que sí, la fruta es preciosa y huele muy bien, pero luego te cuesta comerla, tengo la solución: una fresa en forma de monedero. Ahora cuando te digan que no comes frutas les darás la razón, pero luego meterás la mano en el bolso y sacando el monedero dirás, '¡pero mira, la llevo encima!'
Y dicha la tontería, entramos en materia:
Lo primero, los materiales: hilo rojo, verde (en mi caso menta) y beige, la boquilla y un gancho de 3.0 mm (que me estoy dando cuenta de que falta el forro... ¡Y aguja!) Como veis, incluyo una foto con la medida de la boquilla, y es que el patrón lo hice para esta en concreto. En caso de que tengas una mayor o menor no hay mucho problema, es cuestión de adaptar el número de puntos al tejer; pero esto ya os lo cuento más tarde.
Ah, una aclaración antes de empezar: no soy ninguna experta en esto del crochet, todo lo he aprendido sobre la marcha, de lo que veía aquí o allá, así que los patrones los escribo un poco a mi bola; pero que si hay algo que no se entienda, lo aclaro sin ningún problema. Lo mismo pasa con los consejos que pueda dar, al final son cosas que he aplicado y que me han funcionado.
Dicho esto, con el hilo rojo y el gancho preparados, empezamos a tejer:
Abreviaturas:
pb = punto bajo
aum = aumento
pe = punto enano (o raso)
Vuelta 1: 6 pb en anillo mágico [6]
Vuelta 2: 1 pb en cada punto [6]
Vuelta 3: 1 aum en cada punto [12]
Vuelta 4: 1 pb en cada punto [12]
Vuelta 5: 1 pb, 1 aum; repetir hasta finalizar de la vuelta [18]
Vuelta 6: 1 pb en cada punto [18]
Vuelta 7: 2 pb, 1 aum; repetir [24]
Vuelta 8: 1 pb en cada punto [24]
Vuelta 9: 3 pb, 1 aum; repetir [30]
Vuelta 10: 1 pb en cada punto [30]
Vuelta 11: 4 pb, 1 aum; repetir [36]
Vuelta 12: 1 pb en cada punto [36]
Vuelta 13: 5 pb, 1 aum; repetir [42]
Vuelta 14: 1 pb en cada punto [42]
Vuelta 15: 6 pb, 1 aum; repetir [48]
Vuelta 16: 1 pb en cada punto [48]
Vuelta 17: 7 pb, 1 aum; repetir [54]
Vuelta 18: 1 pb en cada punto [54]
Vuelta 19: 8 pb, 1 aum; repetir [60]
Vuelta 20: 1 pb en cada punto [60]
Vuelta 21: 9 pb, 1 aum; repetir [66]
Vuelta 22-35: 1 pb en cada punto [66]
Cerramos con 1 pe y dejamos una hebra bastante larga que utilizaremos después para coserlo a la boquilla.
Para saber cual es el ancho que necesitamos, hay que ir comprobando de vez en cuando con la boquilla, como se ve en la foto. Si al llegar a la vuelta 21 veis que os queda un poco justo, podéis seguir tejiendo una vuelta de pb y hacer (10 pb y aum) x6 en la siguiente; quedarán 72 puntos en total. Sin embargo, si consideráis que 6 puntos son demasiados, se puede hacer solo con 3 por ejemplo: (21 pb, 1 aum) x3 [69]. Si lo que os ocurre es que es demasiado grande, os detenéis en la vuelta 19 o anterior. Como os digo, esto va un poco a ojo... Y que montar y desmontar fastidia, ¡pero se aprende que no veas!
Con el cuerpo de la fresa terminado, es el turno ahora del bordado. Tendría unos diez años (ella dice que menos) cuando mi madre me enseñó a hacer punto de cruz; creo que lo hizo fundamentalmente para tenerme entretenida y evitar que me acercara a la máquina de coser... ¡Qué coñazo le daba!
No seguí un patrón específico para hacer 'las hojas', lo iba haciendo según me parecía que iba quedando bien. Primero lo hice en un sentido, y la vuelta la hice en el otro.
Finalizado el trabajo con el hilo verde, cogí el beige y empecé a hacer las 'pepitas'; se trata de hacer un par de puntadas en forma de 'V'.
Y ahora toca el forro. No es algo imprescindible, pero me parece que da un acabado más bonito a la pieza.
Sacar el patrón es fácil: se dibuja el contorno en un papel y se le añade 1 cm de costura (esto es manía mía, se puede dibujar directamente sobre la tela). Se sujeta después al tejido con alfileres y se corta. Lo siguiente, coser las telas derecho contra derecho con la máquina (o a mano, como gustéis). Sin darle la vuelta, lo sujetamos al cuerpo con alfileres y a coser otra vez.
Como veis no hace falta mucha tela, con un retal que tengáis por ahí es suficiente.
Y ahora toca la parte 'más complicada' del trabajo. En realidad, lo que es un poco lío es calcular cómo colocar el cuerpo para que nos quede bien distribuido a lo largo de la boquilla. Lo que yo hago es lo siguiente: doblo la pieza en dos, dejando la parte de la hebra a uno de los lados, más o menos donde está el comienzo de la boquilla. Vuelvo a marcar el centro, y con la ayuda de un hilo, lo sujeto a la parte central de la boquilla, a la altura del cierre; hago lo mismo en el otro lado. De esta forma, puedo empezar a coser tranquilamente, ya que sé que el centro no se va a mover de su sitio.
Y con paciencia, unimos los dos componentes, primero con una puntada de ida y otra de vuelta; lo de la paciencia lo digo fundamentalmente porque a veces ocurre que los agujeritos de la boquilla no son todos del mismo tamaño, y entonces te encuentras que la aguja no pasa... ¡Pero no os tiréis de los pelos, que no hace falta! Se coge un destornillador pequeño y con un poco de maña se hace el agujero más grande, ¡y a seguir cosiendo!
¡Y el resultado es algo tan bonito como esto! Aquí arriba os lo enseño por delante y por detrás para que veáis que queda igual de bien.
Y por último, un monedero necesita monedas. Pensando en las fotos, me acordé de unos marcos alemanes que todavía conservo del viaje de fin de curso (antes del euro tenía su gracia estar en el extranjero sin tener mucha idea del dinero que tenías en la mano...); me dije, 'le añado el conejito curioso, y ¡perfecto!
Volviendo al monedero, ¿qué os parece? Es sencillo, ¿verdad?
Pues hala, coged el ganchillo y los hilos, ¡y a ganchillear!
Nos vemos...
M..