Y volvemos a las princesas; me temo que este va a ser un tema bastante recurrente, debido principalmente a mi primi-princesa, protagonista del post de hoy, ya que esta tarta la hice para su cuarto cumpleaños. No me explico cómo, debió ser un momento de lucidez, hice un paso a paso fotográfico; generalmente es cuando ya he terminado cuando me acuerdo de la cámara.
La historia empezó así...
Cuando le pregunté a la Princesa de qué quería la tarta, ella lo tuvo claro: FROZEN (qué sorpresa, pensé yo, solo ha visto la peli unas 100 veces...)
Pensando en cómo la haría, empecé a bocetar y finalmente esta fue la elegida.
En esta ocasión usé el Vanilla Icing de Betty Crocker tanto para rellenar como cubrir el bizcocho; sí, ya sé que en el boceto pone mermelada de fresa, pero algo comenté de que me encanta llevarme la contraria, ¿no? Como el bizcocho que hago para las tartas con fondant es bastante denso, e incluso un poco seco, este tipo de rellenos les van de lujo; el Icing de Chocolate está de muerte también, y eso que no soy golosa.
A continuación, trabajo de fondant: amasar, alisar y colocar. Reconozco que al principio el Sr Fondant y yo nos llevábamos regular, pero en la actualidad nuestra relación ha mejorado mucho; aunque de vez en cuando me la sigue jugando...
A la tarta pequeña, la que iba arriba, le puse otra capa de fondant encima, esta vez blanca, a la que luego hice unos picos con la ayuda del cúter, para que representara así la montaña de Elsa. El piso inferior sin embargo, como es el camino que Anna emprende en busca de su hermana, necesitaba nieve, así que 'encole' (agua, pero sin pasarse) la superficie y luego esparcí coco rayado encima.
Introduje a continuación unos palillos en el lugar donde iba a colocar el piso superior para que soportase mejor el peso; antes de meter los palillos, es importante medirlos, porque si sobresalen como que no tiene gracia...
Y ahora toca poner bonita la tarta.
Lo primero: tapar las uniones. Lo que hice fue pequeñas bolitas que luego aplastaba un poco al colocarlas para que pareciesen rocas; ¿dan el pego, eh?
Luego, el cortador de copos de nieve. Eran bastante grandes, así que no los junté mucho en la parte inferior; creo que al final fueron unos siete. El de la parte superior lo hice sobre la marcha, porque me gustó el contraste que hacía.
El siguiente paso fueron los árboles: básicamente son unas bolas de fondant a las que les di forma de cono, les puse un palillo, les pegué el coco rayado y a la tarta. Esto es como con la plastilina del cole.
Cortar y colocar el nombre, pegar las perlitas... las puse únicamente por la Princesa, porque lo que es la tarta no come mucho, pero estas bolitas de azúcar ¡la vuelven loca!
Y por último pero no por ello menos importante, poner los muñecos. Y este fue el momento donde tuve problemas, porque Elsa se quedó toda formal en lo alto de la tarta, pero Olaf, pero sobre todo Anna, se caían una y otra vez. Intenté introducirlos un poco dentro de la tarta, pero no había manera, y como no quería hacer un boquete, al final opté por un trozo de fondant al que di un poco de forma, los clavé en él, y con pegote a la tarta. ¡Hala! ¿Quién dice que lo tenía pensado de antes?
Un poco de purpurina blanca por encima, et voilà, Tarta Frozen realizada.
Después llegó en momento de la entrega: la niña estaba ansiosa por ver cómo era su tarta... lo que no se esperaba es que yo fuera a aparecer disfrazada de Anna. Fue muy gracioso, porque miraba la tarta, y me miraba a mi, y volvía a mirar la tarta y luego decía 'es Anna...'.
Me encanta hacer tartas de este tipo para los niños, porque estos momentos no tienen precio...
M..
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