¿Quién no tiene un maxi fular de estos tan guay? Sí, de los que te envuelven que da gusto y que con cazadora quedan estupendos, pero que cuando llega el frío, con abrigo y gorro, como que se vuelven imposibles. A mi por lo menos me agobia muchísimo, sobre todo cuando entro en algún sitio ¡y noto el golpe de calor!
Solución: ¡tijeretazo! Pero bien dado, ¡eh!
Este fular que veis en la imagen no es de los más voluminosos (tendríais que ver los de mis primas... ¡unas señoras mantas!), pero como cuando mi madre lo vio le gustó el color, me dije: lo convierto en dos y le regalo uno.
Por cierto, el cojín-muñeca-psicópata que hace de cabeza, es una creación de Juls (si me pides derechos de autor me hago la sueca); me encanta, tiene cara de que la va a liar pero bien...
Por cierto, el cojín-muñeca-psicópata que hace de cabeza, es una creación de Juls (si me pides derechos de autor me hago la sueca); me encanta, tiene cara de que la va a liar pero bien...
Bueno, entremos en materia: lo primerísimo de todo, rematar los extremos, porque sí, señores fabricantes, una cosa que me encanta de los fulares es que se deshilachen; no hay nada como ir perdiendo hilos, o que se te enreden, o que tires de uno pensando que es un pelo y te lo cargues...
Pues eso, se da una puntada tipo zigzag o de adorno, la que más os guste; eso sí, aseguraos de que engancha un par de filas, que si no sirve para poco. Hecho esto se acabó el problema... y sorpresa, ¡no se nota!
Juntamos ahora los picos, dándole forma de triángulo, lo fijamos con alfileres para evitar que se nos mueva, y le pasamos la plancha. Cogemos una cinta de algodón (si va a tono mejor, aunque tampoco es que se vaya a ver mucho después...) y la planchamos por la mitad también; medir la diagonal y así sabréis cuanta necesitáis.
Hacemos coincidir ahora la línea de plancha del fular y la de la cinta, y la sujetamos con alfileres, para pespuntearlo después en la máquina. Puntada al canto en el orillo y en la línea de plancha también; importante esta última, porque si no, al meterle la tijera, los hilitos irán un poco/mucho a su bola, y a ver cómo los sujetáis después...
¿Listo? Es hora de coger la tijera; cortad siguiendo la línea de plancha que he menciona ya unas cuantas veces (soy un poco pelma). Pasad los dos fulares que ya tenemos por la remalladora (zigzag para los que no tengáis) y...
...doblamos el orillo (el ancho de la cinta) y sujetamos una vez más con alfileres. Le damos una nueva puntada, procurando pasar por encima del remallado... ¡y trabajo terminado!
Aunque le puse una estrellita super mona al fular que se quedaría mi madre.
Como veis en la imagen de presentación, a pesar de haberse quedado en la mitad, el fular sigue teniendo mucho volumen... ¡y me queda genial! (eh, lo pienso yo, y mi abuela también)
Volviendo al de mi madre, lo doblé, le até una cuerda, y listo para la entrega... ¡Pero qué ven mis ojos, si es Pascal! Sí hombre, el mismo que viajó conmigo a Eurodisney ¡y que nunca salió de la maleta! Es chulo, ¿eh?
Si a alguien le apetece, el patrón es este que encontré en Lanas y Ovillos; tienen cosas realmente interesantes en esta web. Me parece que las patas no las hice como marca el patrón, pero lo demás sí que lo seguí; creo...
Por cierto, que no suelo hablar de tiempos, principalmente porque no me fijo en el reloj, pero que para hacer la transformación del fular tardé aproximadamente hora y media. Que a veces no lo parece, porque lo cuento todo en plan rápido, pero es importante señalar que estas cosas si quieres hacerlas bien, llevan su tiempo.
Bueno, pues ya tenéis nuevo entretenimiento para los días de frío y lluvia; ¡la que está cayendo aquí! Ya me contaréis qué tal os va...
¡Nos vemos!
M..