¿Tenéis un trasto en casa y no sabéis cómo entretenerlo/engañarlo? Os traigo la solución: esta pelota-oso de ganchillo.
Porque nuditos míos, fue exactamente así como tuve la idea, necesitaba controlar a la Pirata. Y es que mi prima tuvo un segundo embarazo un poco complicado, así que algunas tardes iba a su casa a echarle una mano con la trasto. La idea era llevarla al parque, bañarla... pero, casualidades de la vida, el tiempo durante aquellos meses fue malo no, malísimo, por lo que la primera parte no fue posible cumplirla (lo de bañarla sí, y menudas risas nos echábamos las dos con las olas de su bañera...)
Pues eso, los que tenéis niños, ya sabéis lo que pasa cuando están mucho tiempo en casa, sobre todo si son movidos... Y entonces se me ocurrió: iba a hacerle una pelota para poder jugar en casa, y además iba a ser ligera y blandita, para no romper nada.
¿Veis los colores tan preciosos que tiene? Pues ahora veréis otros, porque para explicaros cómo se hace, he ganchilleado una nueva... pero que sepáis que la original sigue viva, me la enseñó la última vez que estuve en su casa (aunque igual la ha cogido el Bicho y ha pasado a mejor vida...)
Bueno, pongámonos al lío, veréis que es muy fácil de hacer.
Lo primero, materiales:
Lana de dos colores (grosor medio)
Lana negra para ojos y boca
Ganchillo de 7 mm
Aguja lanera
Marcapuntos
Relleno
Nota: la elección del gancho depende del grosor de la lana; yo suelo probar con varios hasta que encuentro el que me gusta...
Por cierto, os pongo también las abreviaciones:
pb = punto bajo
aum = aumento
dis = disminución
pe = punto enano
Comenzamos con un anillo mágico, como siempre; hay diferentes formas de hacerlos, pero este es el mío: nudo en el gancho, 2 cad, y hacemos los puntos en la segunda empezando a contar desde el gancho.
¡Ah! Ahora que me acuerdo, fui cambiando de color cada dos filas, pero que podéis hacerla como queráis...
V1 = 6 pb en anillo mágico [6]
V2 = 6 aum [12]
V3 = 1 pb, 1 aum; repetir alrededor [18]
V4 = 2 pb, 1 aum; rep. alr. [24]
V5 = 3 pb, 1 aum; rep. alr. [30]
V6 = 4 pb, 1 aum; rep. alr. [36]
V7 = 5 pb, 1 aum; rep. alr. [42]
V8 = 6 pb, 1 aum; rep. alr. [48]
V9-18 = 1 pb en cada punto [48]
V19 = 6 pb, 1 dis; repetir alrededor [42]
V20 = 5 pb, 1 dis; rep. alr. [36]
V21 = 4 pb, 1 dis; rep. alr. [30]
V22 = 3 pb, 1 dis; rep. alr. [24]
V23 = 2 pb, 1 dis; rep. alr. [18]
V24 = 1 pb, 1 dis; rep. alr. [12]
V25 = 3 dis [6]
Cerramos con 1 pe y dejamos una hebra larga para poder cerrarla más adelante.
Ganchilleamos ahora las orejas, una de cada color para que la pelota quede más graciosa.
V1= 6 pb en anillo mágico [6]
V2= 6 aum [12]
V3= 1 pb, 1 aum; repetir alrededor [18]
V4= 2 pb, 1 aum; rep. alr. [24]
V5= 3 pb, 1 aum; rep. alr. [30]
Doblamos la pieza y hacemos 1 pb cogiendo los puntos de los dos lados; seguimos con el resto de puntos hasta el final.
Hala, ya tenemos una, ahora hacemos la otra... Que igual no os habéis dado cuenta, pero la lana gris que usé era un poco más fina que la azul, así que al hacer la oreja, quedó más pequeña. ¿Solución? hice una vuelta más (4 pb, 1 aum; rep. alr. [36]) ¡y arreglado!
Cogemos la cabeza, la rellenamos ligeramente y bordamos los ojos y la boca. Originalmente tenía pensado hacerlo en blanco, de hecho lo hice, y luego me pareció que tenía una pinta muy rara, como de perturbado, y lo quité. Cambié por el negro, y definitivamente me gusta más; pero probad y me contáis...
Seguimos rellenado el animalillo, y cerramos después con la aguja lanera, procurando que quede medio mono.
Sujetamos las orejas con alfileres, y cuando nos parezca que quedan bien, las cosemos a la cabeza.
Por cierto, aseguraos de que está todo bien cosido, es un juguetes para niños y con ellos nunca se sabe...
Et voilà, ¡pelota terminada!
Y aquí está de nuevo la pelota original, que parece que quedó más grande; el patrón es el mismo, así que tiene que ser cosa de la lana que utilicé (probablemente también usé otro gancho, vete tú a saber...) Pero que cualquiera de las dos ¡son monísimas!
Os cuento ahora la complicadísima mecánica del juego, atent@s: la Pirata se sentó en un extremo del pasillo y yo en el otro, le tiré la pelota por el suelo, y luego ella me la devolvió; difícil, ¿eh?
Así empezamos, luego fuimos cogiendo confianza y terminamos dándonos pelotazos, pero que como no hace daño, ninguna salió herida, aunque sí agotadas ¡y divertidas!
Estoy pensando que esta nueva pelota-oso se la voy a dar al Bicho, a ver qué hace con ella...
¡Nos vemos!
M..
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