martes, 2 de febrero de 2016

WITHOUT THIMBLE: ALICE IN WONDERLAND (I)


  Carnaval, carnaval... ¡Que ya está aquí! No sé a vosotr@s, pero a mi me ha pillado despistada. No había terminado el día de San Sebastián cuando mis primas me comentaron si tenía pensado algo para carnaval; '¿qué? pero si queda mucho tiempo...' ¡Ja! ¡15 días!!! Y todavía me tenía que poner el traje de aguadora una vez más para la concentración de tamborradas que se había organizado para dar la bienvenida al año cultural; esto quedó muy bien, lo de la noche mejor no lo comento que me enciendo...
  Así que en cuanto guardé el barril, hicimos consejo de brujas... digo de primas, para pensar en disfraces. Aunque poco nos costó, porque la Princesa lo tenía claro: ¡yo voy de Alicia en el País de las Maravillas! ¡Toma ya, como para llevarle la contraria! Pues eso, las demás nos repartimos el resto de personajes: tenemos una Sombrerero Loco, una Conejo Blanco... y una Reina de Corazones, o sea ¡yo!
  Por la falta de tiempo, nos repartimos el trabajo, de forma que solo me iba a encargar de los trajes de Alicia y la Reina (luego por el camino me he echado más trabajo encima... ¡no tengo solución!) El primero que he acabado ha sido el de Alicia, y os lo enseño porque la enana ya lo ha visto, si no nada.


  Para el vestido compré un martelé azul (por fin me he aprendido el nombre de este tejido que suelo llamar terciopelo raro...) y para el delantal, tela de algodón; un zigzag negro para decorar, hilos y ya tenemos el material. Por cierto, os habréis dado cuenta de que casi siempre uso martelé para los vestidos de la Princesa: la razón es que tiene muy buen envejecer, es cómodo, y no hay problema para lavarlo (mis primas los meten incluso en la secadora, así que imaginaos...)
  Tuve que adaptar los patrones, porque la criatura ha crecido desde verano, pero no es complicado, se coge la base, se le hacen un par de cambios, et voilà! (bueno, el cuello sí que tuve que patronarlo...)


  Tenía patrones para el cuerpo y para el cuello, pero no para la falda, porque iba a cortarla directamente sobre la tela; el ancho sería el del tejido, y el largo se obtiene de la siguiente suma: se calcula el largo final que queremos, más 1 cm para la cintura, más lo que queramos para el bajo (4 cm, por ejemplo), y ya tenemos la medida. 


  Lo primero que hay que montar es el cuello, para tenerlo listo para cuando lo necesitemos. Se coloca derecho con derecho y se cose alrededor. Se plancha, se vacía la costura, se gira y le hacemos una costura al canto; volvemos a planchar, y lo reservamos.


  Montamos ahora los hombros: remallamos los extremos, juntamos derecho con derecho y cosemos después; planchamos abriendo costura y ya los tenemos.


  Le cosemos ahora el cuello (¿veis como convenía tenerlo preparado?), se coloca sobre el escote (ojo, la costura al canto quedará abajo) y pespunteamos... y aquí me di cuenta de que era necesaria una vista, para que quedase más limpio. Así que patrón rápido, se corta sobre la tela, se cose, se remalla, y al escote, justo encima del cuello. Cosemos, vaciamos, pespunte al canto y le damos la vuelta. Y en este momento me di cuenta...


  ... ¡las mangas! Me había olvidado de ellas... Mirando la tela que me quedaba, me di cuenta de que no tenía suficiente para las de tipo farol que quería, y como no me apetecía darme otra vuelta para comprar tela (por la pérdida de tiempo principalmente), opté por las que hice para el vestido de Cenicienta (y de Anna también)
  Se remalla y se plancha el bajo a cm y pespunte de adorno. La cosemos ahora a la sisa, frunciéndola en la corona, o haciendo un pliegue, como más os guste, y se vuelve a remallar. Por último le di un pespunte de adorno, que por cierto, también hice en el escote, pero bueno, que necesario tampoco era...


  Cerramos costados y planchamos abriendo costuras; y finalmente, remallamos la espalda y planchamos el cruce. Hala, ya tenemos el cuerpo listo.


  Es el turno de añadirle la falda, que se coloca frunciéndola (no olvidéis remallar los extremos); podría hacerse también con tablas si os gusta... Se cose al cuerpo y se remalla.


  Como cierre elegí otra vez velcro, aunque no es algo que me guste especialmente, prefiero las cremalleras, pero parece que a la Princesa le resulta más cómodo... Procurad que sea más largo que el cuerpo, entrando un poco en la falda, para que sea más fácil de vestir.


  Es el turno de cerrar la espalda. Al estar el cruce, no podemos llegar hasta arriba, así que podéis dejar el agujero (la verdad es que apenas se ve) o podéis cerrarlo siguiendo la línea de plancha (la de la 5ª imagen, aunque no sé si se aprecia algo...)


  Venga, último paso: el bajo. Se puede hacer en plan sencillo, remallar, planchar y coser, o como de costumbre, doblar, redoblar, planchar y coser (en cualquier caso, con un pespunte de adorno queda más mono, así por comentar...)


  Y ya está, ¡vestido terminado!
  Como veis mucha complicación no tiene, y la gracia se la da el delantal... que veréis en el próximo post, que aquí servidora se tiene que poner a coser para terminar todos los líos en los que se mete.
  Disfrutad mientras del detalle del corazón que coloqué en el delantal, para darle un poco más de color al look.


  ¡Nos vemos!
M..

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