WITHOUT THIMBLE: MOCHILA SANDÍA

  ¡Buenas, Nuditos! ¿Qué tal habéis empezado agosto? ¿De vacaciones? Grrrr, a mí todavía me queda un rato... 😬

  Lo que os traigo hoy es un post fresquito, aunque solo sea porque imita a una fruta, jeje... Que por cierto, ayer comí un trozo de sandía, ¡qué locura! Estaba muy buena, pero lo mismo hasta el año que viene no repito... (ya sabéis que la fruta no va conmigo)

  Bueno, pues lo que vamos a hacer hoy es la típica mochila ligera y cómoda, super fácil de coser (y que no necesita patrón, ¡bieeeeen!) y que nos será muy útil para meter cuatro cosas e irnos a dar una vuelta. Y lo mejor de todo es que no vamos a necesitar muchas cosas para hacerla, ya veréis, yo la hice con retales que tenía por casa.

  Pues eso, necesitaremos tela roja y verde (dos tonos), fieltro negro y cuerda.

  Lo primero que vamos a hacer es doblar la tela roja y dibujar en ella un rectángulo (ojo, cuidad siempre que las esquinas tengan 90º, si no quedará regular...) Las medidas van un poco a ojo, dependiendo de cómo de grande la queráis hacer. Ahora mismo no tengo el cuaderno delante, pero creo recordar que le di 35 cm de ancho (de largo ni idea...)

  Recortamos el rectángulo y...

  ...pasamos a la tela verde. ¿La reconocéis? ¿No? Pinchad aquí.

  Efectivamente, son restos asquerosos 😂 Una tela con espuma que no tenía muy claro para qué podría usar, y que sin embargo me ha venido de lujo para este proyecto.
  También aquí dibujamos un rectángulo que tendrá el ancho del rojo y el largo que más nos guste (la mía 12 cm, de esto sí que me acuerdo...)

  Para el segundo tono de verde, ya que no encontré el retal que buscaba, usé directamente un biés, pero como trasparentaba un poco lo cosí al doble. Lo que hacemos es plancharlo bien para dejarlo completamente plano (en este momento el fresquito brillará por su ausencia...) y luego lo doblamos. Lo colocamos ahora sobre la otra tela, lo cosemos y giramos hacia arriba (podéis pegarle otra puntada en la parte superior para evitar que se mueva.

  Cogemos ahora la tela roja y unimos ambas partes, juntando derecho con derecho. ¡Vamos, Nuditos, que esto va cogiendo forma!!

  A continuación haremos las pepitas. Recorté la primera a ojo y como me quedó bastante aceptable, la usé como guía para el resto: cogemos el fieltro, lo doblamos varias veces, colocamos encima la guía y recortamos por el borde... ¡Hala, ya tenemos unas cuantas pepis!

  Y ahora viene lo 'complicado' del proyecto: coserlas a la tela, preferiblemente con un zig-zag, una por una. Y no me seáis chapuzas, please, que sí, con pegamento es mucho más rápido, pero el resultado a largo plazo es digamos, dudoso... (es recordar algunas de las catástrofes que he visto hacer con las dichosas pistolitas de pegamento y se me desprende la retina...)

  Pues ya está, con un poquito de paciencia tenemos lista ya la parte frontal de la mochila. La parte trasera la haremos siguiendo todos los pasos salvo los de la pepitas, porque tampoco es que se vaya a ver... Pero que si os gusta más así, ¡perfecto!

  Nos ponemos ahora con los pasadores para las cuerdas. Técnicamente no son necesarios en una mochila de este tipo, se puede redoblar y listo, pero a mi me parece que queda más bonita de esta manera.
  Volvemos a echar mano de la tela roja y recortamos en ella dos rectángulos de unos 7 cm de alto y 35 de ancho (¡vaya, parece que recuerdo alguna medida más!) El largo depende un poco del grosor de la cuerda, así que lo suyo sería calcularlo teniendo en cuenta que deben pasar dos por cada uno.
  Redoblamos los extremos a medio cm y cosemos. Doblamos la pieza y la colocamos sobre la boca de nuestra mochila, donde la coseremos después (mismo el la parte trasera)

  Juntamos delantero y espalda por su parte buena y cerramos costados, pero ojo, tenemos que dejar un hueco en la parte baja (sí, esas marcas de pespuntes que se ven ahí es que se me fue un poco la pelota... Culpa del catarrazo que tenía, y que todavía conservo, seguro...)

  Cosemos a continuación la base.

  Giramos la mochila y nos ponemos con las cuerdas. Para saber el largo, lo mejor es calcularlo con la propia mochila, situando la cuerda a su lado, y teniendo en cuenta que el recorrido que hará será lateral, boca de la mochila ida y vuelta, y lateral otra vez; si no me equivoco la medida que a mí me daba eran 1,60 m. Pues eso, cortamos dos.

  Con la ayuda de un pasacintas (o un imperdible), introducís la cuerda por el primer pasador y luego por el segundo. Toca ahora coger los dos extremos e introducirlos en el hueco que hemos dejado antes, darle la vuelta y coserlo. Giramos de nuevo la mochila y comprobamos que ha quedado bien. Fácil, ¿no? Pues repetimos operación en el otro lado.

  Con esto la mochila está hecha, peeeeero...

  ...me pareció entonces que un forro le quedaría de lujo; la tela roja era un piqué bastante finito, por lo que de esta forma le daría un poco más de cuerpo. Como os digo, es opcional, así que como más os guste... pero os aseguro que no tiene ninguna dificultad: se recorta un rectángulo del mismo tamaño que la mochila, y se cosen laterales y bajo, dejando en algún sitio un pequeño hueco. Metemos la mochila dentro, teniendo en cuenta que tienen que estar derecho con derecho, y cosemos a la boca, justo encima de la costura de los pasadores. Giramos todo por el agujero del forro...

  ...le damos unas puntadas en la esquinas pillando costura de la mochila y el forro, fundamentalmente para evitar llevárnoslo con nosotr@s cada vez que saquemos algo, y lo cerramos.

  Solo queda ya coser a mano los dos pequeños agujeros que nos han quedados en los extremos superiores.

  Y ya está, ¡tenemos la mochiiiilaaaaa!
  ¿Veis como no era para nada difícil? ¡Y con forro y todo!!!

  Pues eso, lista está para hacerse una escapada. Pensaba regalarla, pero ahora no lo tengo claro, ha quedado tan moooonaaaaa.

  ¿Veis lo bien que luce en mi espalda? (eso, mejor no miréis lo arrugada que tengo la camisa... Porque sí, últimamente me ha dado por llevarlas, pero lo de plancharlas, ¡ná de ná! 😎)

  Pues ya está, Nuditos, ya tenéis otro proyecto ligero para el verano... Animaros a hacerla, porque sabed además que la tendréis lista ¡en unas 2 o 3 horas! A mi me están entrando ganas de hacer unas cuantas más: una de fresa, otra de... ¿melón?

  Nos vemos en el próximo post, mientras, sed buenos...