¿Qué hay, Nuditos, apurando las últimas horas del fin de semana?? Hacéis bien, que luego la semana es muuuuuy larga...
Lo que os traigo hoy es una manera original para envolver un regalo: una Mandarina Gigante. Todo empezó cuando en el sorteo del amigo invisible de este año me tocó mi tío padrino-consorte. Si recordáis el post del año pasado (este), procuro que mis regalos sean originales... ¡y un poco cizañeros también! Siendo mi tío uno de mis miedosos reconocidos, no podía hacer otra cosa que tomarle un poco el pelo, porque sabed además, que ahora es él quien me vacila los viernes con las mandarinas.
Lo primero que hice fue buscar el regalo; a ver, de nada sirve montar todo este tinglado si el verdadero regalo es una kaka. Localizado este, me puse a idear el 'envoltorio'... una gran bola de poliexpan, un globo naranja del mismo tamaño, un poco de fieltro... ¡y ya tenía el plan!
Lo primero que haremos es perforar la pelota: marcamos una circunferencia con una tapa (nos vale en realidad cualquier cacharro redondo) y recortamos después con un cúter. Y si como la mía, vuestra bola es todita ella de poliexpan (confiaba en que fuera hueca por dentro, pero, no, no, no 😁) pues os tocará hacer un socavón. Y llegados a este punto, me veo en la obligación de avisaros: ni se os ocurra seguir trabajando sin tener el aspirador cerca; en serio, la guarrería que se monta es seria. Escarbas con la mano, vas sacando las sobras, que como tienen electricidad estática se pegan a todo... ¿Veis el desastre de la última foto? (fijaos bien en mi mano...) Pues imaginad que lleváis todo eso pegado al jersey, y ¡también al pelo!! Lo dicho, aspirador cerca.
Habiendo limpiado ya el desastre, seguimos trabajando: hemos sacado poliexpan... y ahora metemos más, pero esta vez en forma de bolitas de colores. Si no encontráis de este tipo, podéis meter cualquier otra cosa, como papel de seda por ejemplo... La idea es que el regalo no se mueva.
¿Lo tenéis? Pues vamos a tapar el agujero. Nos vale una cartulina cualquiera: cortamos las esquinas, la colocamos sobre la bola, las cruzamos ligeramente, y las pegamos con celo. No hace falta que quede perfecto, luego no se verá, y quedará en la parte de abajo...
Bueno, pues vamos a cubrir la bola: recortamos la boca del globo y la envolvemos con él, empezando por el lado de la cartulina. Parece fácil, ¿no? ¡Ja! Creo sinceramente que es más fácil ponerle una faja a un camello, porque ni la una ni el otro colaboraba: primero probé sobre la mesa, se me escapaba; pasé entonces a sujetar la bola con las rodillas... ¡ni de coña! Terminé con los dos pies sobre la mesa y jurando... para haberme grabado... 😁
Pero nada, como veis la batalla la gané yo ✌😎 ¿Quién quiere ir al gimnasio pudiendo pelearse con una un trozo de poliexpan y un globo??
Los extremos se rasgaron un poco, por eso, lo primero que haremos es pegar un trocito de celo para evitar que vaya a más. Y luego ya cerramos el hueco doblando y poniendo más celo. No quedó muy bonito pero tampoco importaba...
...porque lo vamos a tapar con las hojas. Las recortaremos en el fieltro verde, una ligeramente más grande que la otra; recortamos también una tira que nos hará de 'rabito'. Doblamos este último y lo pegamos sobre el celo que hemos puesto antes. Le hacemos un pequeño corte a cada hoja, y las metemos en el rabito. Pues ya está, tenemos la mandarina terminada, vamos a centrarnos ahora en el envoltorio.
Cogemos un trozo de cartón (si es reciclado mucho mejor) y hacemos una bandeja con él. Y luego lo envolvemos con papel.
Ponemos un poco de papel de seda en la base y colocamos la mandarina dentro. Iba a envolverla con el papel de celofán como en el Pack de Jubilación, pero como no me convenció el resultado, tiré por otro lado: pegué el celofán a la bandeja, lo que, una vez metida la mandarina, le daba un aspecto más limpio. Esto es cuestión de gustos, así que, hacedlo como mejor os parezca.
Para terminar, le ponemos la marca a nuestra mandarina. Sospechaba que nada más verla mi tío intuiría de quién procedía el regalo, pero por si acaso, le di algunas pistas... 😈
La postal que veis no la dibujé yo, se trata de una de las muchas plantillas que hay en Picmonkey. Estaba echando un ojo y encontré con esta que me encantó, de forma que solo tuve que añadir el texto e imprimirla. Si no sois muy habilidosos con el dibujo, enredando en internet seguro que encontráis algo que os guste...
Se grapa, se cose o lo que queráis al celofán...
Y ya tenemos nuestro terrorífico regalo listo para entregar; llegados a este punto, me moría de ganas de que llegase el día de reyes y ver qué pasaba.
La mirada que me echó mi tío cuando cogió su regalo, de foto: era un mecagüenlaleche, ¿por qué yo?, la mato y qué miedito tengo ✌😎
Luego se puso a abrirlo, sin tener muy claro cómo hacerlo... Fue quitando capas hasta que fin encontró su regalo, que por cierto, le hubiese venido que ni pintado para abrir la mandarina... Vaya...😈
Nos echamos unas risas, pero siendo sincera, la broma no me salió del todo bien ya que me costó bastante más tiempo hacer la mandarina de lo que luego tardó mi tío en abrirla... ¡Cagüen!! Pero bueno, pasamos un buen rato, que de eso es de lo que se trataba 😄
Pues ya está, Nuditos, ya tenéis otra idea con la que tomar el pelo a alguien...
¡Pero, esperad! Si os habéis quedado con ganas de más... ¡Aquí va otra!
Aunque el Pedorro no participa en el amigo invisible, si que recibe regalos de casi todos, ventajas de ser el pequeño... Míos por supuesto también, para algo soy su madrina... Lo que me da una oportunidad inigualable para tocarle las narices (o sea más de lo habitual)
Pongamos que vuestro primo juega al basket y que le han recomendado hacer pesas para echar músculo, pero que como es un poco vagoncete (mucho), pues no las hace...
Echamos mano de otra bolita de poliexpan y de un Kojak gigante...
Marcamos la base del palo y como en la mandarina, cortamos y retiramos lo sobrante, aunque esta vez el agujero no lo haremos tan grande. Metemos el palo y lo sujetamos con unos trozos de celo.
Ahora envolvemos el asunto, haciendo pliegues aquí y allá hasta que nos quede más o menos mono, tapando también parte del palo. Y ahora hacemos lo mismo con el otro lado. Le ponemos un lazo de adorno, el nombre del agraciado...
...y tenemos una pesa (tipo retro) lista para usar. ¿Que el peso es mayor en un lado que en el otro? Mi primo no se dio cuenta hasta que la cogió... y tampoco es que se quejase... Es más, creo que sintió alivio ¡cuando vio que no era de verdad! 😂
Y ahora sí que sí, me despido. Sed malos... ¡digo, buenos!
¡Nos vemos!
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