sábado, 5 de septiembre de 2015

WITHOUT THIMBLE: MOCHILA VIAJERA (DISNEY TRIP I)

  Aunque la mochila es la primera cosa de la que os voy a hablar, no fue lo primero que confeccioné para el viaje, pero me ha parecido que era lo mejor para empezar.
  Tuve claro desde el principio que iba hacerme una; nunca antes había cosido una mochila, pero me apetecía el reto. La idea principal, era que fuera cómoda y práctica, y si quedaba bonita, ¡pues mucho mejor! Ahora mismo no recuerdo si tardé dos o tres días en hacerla, y tengo que decir que complicada en sí no es, pero sí que tiene bastantes componentes que llevan su tiempo; y algún contratiempo también...


  Lo primero que hay que hacer es el boceto. En este caso era una idea general que iría definiendo según iba cosiendo, pero donde ya marqué algunas medidas que calculé a ojo, metro en mano; es raro, pero las seguí fielmente... ¡qué buena soy!
  Es el turno de los materiales: como quería que tuviera un aspecto 'natural', tire hacia los tejidos de algodón... y entonces descubrí este Canvas Americano tan ideal (mentira, me lo enseñaron la chicas de la tienda, que como me conocen desde hace años, me tienen bastante calada). Si tenéis pensado hacer alguna bolsa, estuche... este tejido es muy recomendable, porque tiene cuerpo sin ser excesivamente grueso y se cose muy fácilmente; eso sí, lavarlo antes porque encoge (aplicable a todas las telas de algodón). Como quería darle un poco de contraste, aproveché este trozo de polipiel que andaba por el armario.
  Compre también las anillas, el cierre, la cremallera... pero ya las iréis viendo según vamos avanzando.


  Bueno, es el turno de los patrones. No os pongo el paso a paso porque es un rollo, además que con el papel marrón este que estoy usando ahora (suelo cambiar de color de vez en cuando), el lápiz casi ni se ve en las fotos. Pero bueno, no descarto hacer más adelante un croquis con los patrones y las medidas de cada uno.


  Para la polipiel, salvo el de base que es el mismo que el del género, no hice patrones, como eran simples rectángulos, los dibujé directamente sobre el revés de la tela. Es sencillo, simplemente hay que tener en cuenta el ancho, el del frente/espalda o el del costado, y el alto (ángulos de 90º por favor...)


  Pasamos al corte, primero la polipiel que ya tenemos preparada, y luego el género. La base no es que sea necesario cortarla en el canvas, ya la tenemos en polipiel, pero me pareció que le daría más cuerpo.


  Empezamos a montar los elementos decorativos, o sea, las tiras de polipiel: apoyamos el rectángulo a 4 cm del bajo, lo cosemos, giramos haciéndolo coincidir con el bajo y pespunteamos alrededor; fácil, ¿eh? Pues lo repetimos hasta tener completas las cuatro piezas (la mayor complicación en esta parte es que el plasticuero y el prensatelas de la máquina se llevan regular, porque se pega o patina, así que sujetarlo bien).


  Colocamos ahora el cierre. Cortamos un trozo de esta cinta típica de mochila (algunas de las que me enseñaron me parecieron de persiana, así que lo mismo sirven para las dos cosas), la pasamos por el cierre y lo pespunteamos. Y entonces, oh sorpresa, me di cuenta de que la parte delantera ¡no tenía que haberla cosido todavía! No importa, se descose un poco (todo el pespunte de alrededor y un poco de la otra costura por el centro), se introduce la cinta, y lo volvemos a coser como en la explicación anterior.


  Nos centramos ahora en el bolsillo trasero: cosemos la cremallera primero a la parte de abajo de la espalda y después a la de arriba. A continuación, doblamos y planchamos esta parte, y le hacemos un pespunte, lo que crea una pestaña que ocultará la cremallera.


  Todo bolsillo necesita un forro, y rebuscando en el armario encontré esta tela de algodón azul con flores que me regaló una amiga hace tiempo; tenía una tienda de decoración, y cuando hacía limpieza de muestrario, me regalaba todas las telas que eran aprovechables (¡gracias, Pepa!).
  Ya que iba a cortar el bolsillo trasero, aproveché para cortar también el forro para el resto de la mochila; los patrones son los mismos, solo hay que quitarles 1,5 cm de su parte superior. 
  Y hecho esto, cambié de opinión. Eurodisney... Paris... lluvia... En el caso de que nos lloviese en el viaje (sucedió, y según salimos de la tienda con las maravillosas capas, paró), se me ocurrió que la mochila podía acabar como una sopa, así que le puse una tela plastificada, donde guardaría seguro el móvil. Encontrar tela de este tipo en Donosti es complicado, pero un día paseando por una de las tiendas del señor Amancio, encontré este mantel tan mono, que dicho sea de paso, he utilizado ya en varias cosas.


  Pues eso, cosemos el mantel/forro a la parte superior de la cremallera y después a la inferior. Para rematar, pespunteamos los dos extremos, genero y forro juntos; aseguraos de que dejáis el carro dentro si vuestra cremallera como la mía es más larga de lo necesario (el que avisa no es traidor...).


  Bueno, pues ahora cosemos los costados a la trasera y luego el delantero a los costados.


  Colocamos a continuación la base de la mochila. Lo más sencillo es hacer unos piquetes en la parte central de cada lado tanto en la base como en el cuerpo. Juntamos piquete con piquete, lo sujetamos con alfileres y cosemos. Di la vuelta a la mochila e hice después un pespunte alrededor en la base; a ver, necesario necesario no era, y bueno, quedó un poco regular...


  Colocamos ahora las anillas y... ¡anda, otra cosa que cosí antes de tiempo! ¿Tenéis un descosedor? es el mejor amigo del mundo mundial en estos casos. Pues eso, se descose un poco los costados a la altura de la polipiel y listo.
  Lo que es el montaje de la anilla, se corta un trozo de la cinta usada antes, se pasa por ella, se le pega una puntada, lo introducimos en el agujero y a coser otra vez; recomiendo pasar con la máquina varias veces, para que sea más difícil que se descosa.


  Es el turno de la solapa. Aquí me encontré el primer fallo 'gordo', y es que al coser el género con el forro y probarlo sobre la mochila, me di cuenta de que me había quedado corta. Mais pas de problème, se le añade un poco de tela en la parte superior ¡y arreglado!
  Se vuelve a coser la solapa, dejando una abertura en el dentro inferior porque...


  ...hay que poner el cierre. Una vez más cortamos un trozo de cinta (medí la distancia de la solapa al cierre para saber cuanto), lo introducimos esta vez por la parte inferior del cierre, le pegamos un pespunte, lo enganchamos a la solapa y lo cosemos por su interior. Le damos la vuelta y hacemos un puntada de adorno por la parte del forro.
  Y seguimos... ¡Venga, ánimo, que ya queda menos!


  Es el turno de los tirantes. Es sencillo: cosemos las piezas por sus extremos más largos, planchamos la costura cargando una de ellas a un lado y luego le damos la vuelta. Esto puede ser un poco coñazo y ojo, no metáis un rotulador, que como se os abra la tapa ¡la liáis! Lo mejor, haceos con una cuchara de estas de mango largo y estrecho que hay para los bebés, son bastante prácticas.
  Acabado esto, me acordé de lo necesarias que suelen ser a veces las trabillas, así que me fabriqué una sobre la marcha: cogemos un trozo de tela, doblamos, redoblamos y damos una puntada al canto. Se cose después junto con los tirantes a la parte trasera de la solapa.


  Y la cosemos ahora a la mochila... y aquí me di cuenta del segundo fallo 'gordo': el cálculo no estaba bien hecho y me quedé sin espacio para el cierre que tenía pensado, unos ojetes con un cordón grueso; a parte de que el bolsillo había quedado pelín alto para ser práctico. Arreglar esto era complicado, había que desmontar toda la parte trasera para hacerla nueva, y como que no me apetecía nada, así que descarté lo de los ojetes y seguí adelante convencida de que ya se me ocurriría otra cosa...


  Terminamos de montar los tirantes: lo pasamos primero por la cosa esta que no sé cómo se llama, por la anilla del costado a continuación, y al txirinbolo otra vez, donde doblamos el extremo y lo cosemos. Lo mismo con el otro. 
  Como veis, la mochila ya está hecha... ¡al menos por fuera!


  Antes de ponerme con el forro como tal, pensé que sería interesante hacer un 'bolsillo' donde colocar la cantimplora. Aprovechando que había cortado dos veces la base, cogí una de ellas, remallé la parte superior y la inferior, y luego la cosí con una puntada mona... y de ahí, a uno de los costados. Ya con el uso resultó que el pasador este era un poco grande para la cantimplora, aunque la mantenía en su sitio; eso sí, es del tamaño perfecto para introducir una botella de 1,5 L, que también lo he probado.


  Y ahora si, nos ponemos con el forro: se cose igual que el género, pero dejando una abertura en el lateral, para poder girar la mochila más adelante. El último paso será coser las dos bocas, colocando derecho con derecho.


  Venga, giramos la mochila con cuidado, no vayamos a cargarnos algo.
  Fijamos el forro juntando las costuras de las bases y dándoles unas cuantas puntadas en varios puntos. Cerramos ahora la abertura con una costura al canto. 


  Por último (sí, he dicho último; ¡fuegos artificiales!), hacemos unas pinzas en ambos costados para evitar que la mochila 'boquee'; pensé en meterle alguna cremallera o así, pero la verdad es que con estas pinzas y el largo de la solapa quedaba bastante bien.


  Y por fin, el trabajo finalizado; ¿qué os parece?

  Después de haberla usado durante todo el viaje (y en Las Landas, y en la vuelta al curro... vamos, ¡que sigo con ella!), me ha encantado el resultado: es práctica, ligera, de gran capacidad (la de cosas que llevo siempre), bonita, fácil de lavar...
  Como he comentado antes, el bolsillo de la espalda quedó demasiado alto, pero bueno, tampoco es preocupante; lo solucionaré en la próxima mochila, porque sí, me he quedado con ganas de hacer más.

  ¡Nos vemos!
                       M..

P.D.: ¡que me acabo de acordar! Tenía pensado decorar un poco la mochila, al menos para el viaje. Pensé en colocarle un transfer con la leyenda 'I'm 99,9% sure I'm a Disney Princess', algo que me hizo mucha gracia cuando lo leí en una taza. Luego me quedé sin tiempo, y entonces me acordé del Pascal que hice a ganchillo cuando me disfracé de Rapunzel. Lo metí en la maleta y allí se quedó el pobre, porque solo me acordaba de que no lo había cogido cuando estábamos en el parque; ¡que pena de cabeza tengo!

4 comentarios:

  1. hombre....un poco de decoración no le vendría mal, pero vamos....que flipo con la mochila que te has marcado.

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  2. T mando los patrones y t haces una??????

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